
La sorpresa vino en el recalentado. Leyendo la letra pequeña en la caja que contenía al preciado plumífero nos percatamos de que podía haber evidencias de la caza.... menos mal que tomamos nota pues no tardó mucho en aparecer la primera munición. Una tras otra hasta completar cuatro. Pues si, el animalito fue baleado. Al pavo al menos solo le pasan el hacha y San se acabó. Al pequeño pajarito, por vivir fuera de la ley, le metieron unos balines por donde les conté.
Cosas de la comida de estos lares.
Ay, ay ,ay. :(
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